Luismi Partera

La canción de las 14:04. Reconozco que tengo un poco abandonado a los artesanos de la música, esos idealistas que tan bien me hicieron hace tiempo con recetas basadas en voces y guitarras plenas de sensibilidad y talento. Regreso a la bendita senda al encontrarme por el camino a Luismi Partera, gaditano, no sé si de Cai, de Cai-Cai, o de Cai-Cai-Cai, pero residente en Madrid, que suena a auténtica gloria. Aquí, con el gran Pedro Pastor, cantando al Camino y, por tanto, cerrando el círculo mágico.

Jordi Sapena

La canción de las 14:42. Como buen viernes que es, os dejo deberes para el fin de semana. En realidad, solo son dos. En algún momento, bien sábado, bien domingo, convertíos en plantas de interior. No es tan complicado, si lo pensáis bien. Cuando lo hayáis conseguido, poneos el disco que acaba de estrenar Jordi Sapena, el músico valenciano al que por aquí conocemos de Capricornio Uno y algunas buenas cosas más. Salve Monstera es, eso dice él, una obra musical para ser escuchada por plantas de interior. Yo, me lo he creído. Por cierto, si no está cogido, me pido el ficus.

Julia Nar

La canción de las 15:46. Me sucede muchas veces, más de las que parece. Cuando ya estoy a punto de darme por vencido, cuando pienso que hoy no regalaré canción alguna, surge la magia y, sin llamar a la puerta, aparece. Hoy, cuando ya no la esperaba, tocó el timbre la tinerfeña Julia Nar y su más que interesante propuesta electrónica acompañada por Khotton Palm. Dicen que son colegas. Decidí abrirles.

La Ludwig Band

La canción de las 15:33. Hace meses que no comparto música en catalán y, sin yo saberlo, se me ha hecho larga la espera. Vuelvo por allí como aquel aventurero que no deja de dejarse sorprender. Y llego a Espolla, un pequeño lugar en el Alt Empordá, donde hay toneladas de humor y arrobas de talento. Sin lo primero, sería complicado recordar al gran Beethoven cuando de bautizar tu grupo se trata. Sin lo segundo, eres incapaz de hacer algo parecido a este fantástico El racó del romaní. Quim Carandell parece estar en el centro de todo. Buen tío, entonces.

Sila Lúa

La canción de las 14:29. Pasados los fastos, quedan los restos. Y la música. Encuentro a Sila Lúa buscando algo de lo mejor y, claramente, lo encuentro. Viguesa de nacimiento, londinense y madrileña de adopción, alguien la ha definido como “una diva marciana del nuevo pop oscuro europeo“. No sé si en esta brillantísima adaptación del Eres para mí, original de Julieta Venegas, se ve todo eso, aunque, bien pensado, yo veo incluso más.

LYD

La canción de las 13:54. Si aquello no fuera algo tan inalcanzable, bien podría significar Libertad y Democracia, pero decididamente a mí me pega más eso de Ladrón y Delincuente. Pero ni una ni otra. LYD es Lydia Carré, jovencísima asturiana que dudo mucho que haya llegado a la veintena y que hace buenas cosas, este Dominó, por ejemplo, tan de ayer y tan de hoy. Incluso, tan de mañana.

Kumar Kislo

La canción de las 14:12. No me tengo por mal vendedor. No es mi fuerte, por supuesto, pero tampoco me siento débil en la materia. Cuento cosas y, a veces, hay gente que me sigue. El sábado pasado vendí este modesto blog de música e ilusiones por encima de mis posibilidades. Presumí de amplísimo conocedor de la materia, cierto, y conquisté a la audiencia, pero también juré que compartía canciones, nuevas, buenas y de aquí cerquita, casi cada día. Aquí mentí. Como un bellaco. La resaca posterior a la multitudinaria venta y el trabajo posterior a la resaca anterior no me han dejado. Hago propósito de enmienda y pido perdón a la legión de advenedizos conquistados. Ahora, eso sí, hoy vuelvo en plena forma. Y lo hago con Kumar Kislo que, desde Tenerife, hace música más que potente. Lo tuyo es mi estreno con él, seguro que el vuestro también. Regreso pronto. De verdad.

Carantoña

La canción de las 18:56. Me gustan las palabras. Así, en general. Si hubiera que escribir con, pongamos, bombas de racimo, me gustarían igual, pero prefiero las palabras. Especialmente, aquellas que suenan a lo que son. Carantoña, por ejemplo, es una de ellas. Disquisición lingüística aparte, ahora, la música. ¿Cómo contaros el regalazo de hoy, amiguis? Digamos que un chico y una chica de Madrid, Javier y Adriana, parece que hacen una cosa, pero hacen otra bien distinta. Algo, en realidad, reversible. Dad una oportunidad a esta canción. Intuyo que me lo vais a agradecer.