Vangoura

La canción de las 12:18. Llego a Vangoura por el nombre y me quedo por sus canciones. Me pasa a veces, no siempre. Este Si fueras lluvia funciona bien para puentes confinados, aunque sean en ocurrentes días alternos. Imagino que para los otros también. ¿Recordáis cómo eran? A mí se me están olvidando.

Ferla Megia

La canción de las 18:42. Poco admiro más en un artista que el cambio radical, la evolución revolucionada, la negación del conformismo. Caigo rendido ante lo nuevo del asturiano Ferla Megia: su electrónica para todos los (buenos) públicos. Pero más aún cuando leo que su otro proyecto es Casetes, tan diferente. Amplitud de miras lo llaman. Talento, prefiero hacerlo yo.

Tarik Rahim

La canción de las 19:03. Un apasionado del surf al que le gusta la música. Ese es Tarik Rahim, un joven asturiano, de padres brasileños y abuelo libanés, que ha dado buena cuenta de esa imparable mezcla en su primer disco. Se titula Espejos y, de entre sus libérrimas canciones, me quedo con este Ya sé. Yo, ahora, también.

Blackpanda

La canción de las 19:07. Si me lo pedís mucho, pero mucho, mucho, un día de estos hago una selección de las mejores versiones que he compartido por aquí. Van unas cuantas. Y la mayoría, con sus cosas, tienen su gracia. Como, por ejemplo, esta de hoy. Blackpanda, chica y chico, Marta y Andrés, se han atrevido, desde su casa, aquí al lado, en Getafe, con una prueba harto complicada. Nada menos y nada más que darle una vuelta al mítico Te estoy amando locamente, o mejor, locamenti, como las no menos míticas Grecas lo cantaban. Y salen bien del asunto. Bastante bien, de hecho.

Nacho Vegas

La canción de las 19:55. También llegué tarde a Nacho Vegas. Pero en este caso, igualmente que, por ejemplo, con Chinarro, creo que me encontré con él cuando mejor empezaba (empezábamos) a estar. Por aquí ya pasó, tanto en solitario, dando paso a su (mi) nueva vida, como formando parte de los fantásticos Lucas 15, o acompañando a Delafe y a Marilia. Ahora, el cantante gijonés se acaba de cascar un disco doble, que será mucho más que notable cuando acabe de escucharlo, porque son casi dos horas de, seguro, buena música. De lo ya probado, me quedo con este Lyrica, que bien parece una receta de antidepresivos, pero es una cancionaca de época.

Paula Grande + Anna Ferrer

La canción de las 13:08. Pensé que, además de una hora, podríamos haber retrasado un poco más, pero desperté en pandémico domingo de finales de octubre. Acudí a la música para soportarlo y, de nuevo, hallé. Paula Grande nació en Girona, con ascendencia canaria y extremeña. Todo un locurón para mentes identitarias y retorcidas. Aquí canta con Anna Ferrer, menorquina. Lo hacen en catalán. Este Tango suena de maravilla.

Casero + Russian Red

La canción de las 19:27. No es la primera, ni la segunda, ni la cuarta vez que por aquí se pasa la joven madrileña Gabriela Casero. Efectivamente, amiguis, es la tercera. Ya lo hizo con su proyecto grupal MOW y en solitario como Casero. Y siempre llamándome la atención. También lo hace hoy, tanto por lo que estrena, Cállate se llama, como por quien canta con ella: Russian Red, la mismísima Lourdes Hernández, desaparecida en combate tras recetar un par de discazos a principios de la década que ahora acaba y tras soportar mi etílica risa en un imborrable concierto cuando aún éramos más jóvenes que ahora. Una cosa: si nadie me hubiera dicho que es ella la que acompaña a Gabriela, yo no lo habría adivinado. Será por cantar en castellano, pero igualmente hace ilusión su regreso.

EME

La canción de las 19:16. Por extraño que parezca se sigue haciendo rock en este país que algunos aún continúan llamando España. Y lo siguen haciendo bandas diferentes a esas que a cualquiera se le podría ocurrir. Es el caso de los valencianos EME, liderados por la voz rockera de Alejandro Tormo, que pone la mitad de la brillantez de este Bicho Malo. El resto, claro, las guitarras.

Flavia Marsano

La canción de las 18:52. Continúo compartiendo el talento de mujeres jóvenes sobradas del asunto. Esta tarde de otoño, quesilluevequesino, es el turno de Flavia Marsano, una peruana afincada en Madrid, con esa frescura ya típica de la música que sale de una habitación llena de tecnología al alcance de todos. El círculo mola. Probad.