La canción de las 12:49. Una vez publicada, con más éxito de público que de crítica, la lista de las 30 mejores canciones de este (puto) 2020, solté ataduras y despejé prejuicios. Aunque ya sabéis que de eso hay poco por aquí, encontré tiempo y espacio para despedir el año con lo último del ubicuo C. Tangana. Me costó entrar, pero como ese ritmillo derumbachata me llevó directamente a mis idolatrados Manel, al poco de superar la puerta, ya no quería salir. Comprobar que La Húngara es más que un póster de fiestas de pueblo y que Niño de Elche sigue haciendo cosas, también sirvió. Sirva este Tú me dejaste de querer para desearos lo mejor para el año que en horas comienza, y para siempre, también.
Antes de que todo se nos viniera abajo, yo ya había disfrutado en directo de los Manel y de Xoel López y, para colmo de bienes, Jero Romero había sacado dos nuevas canciones después de años de voluntario silencio. Entonces, allá por marzo, yo ya daba por bien empleado el año. Alguien me debió escuchar y decidió cerrarlo por derribo. Ha sido, por supuesto, un año de mierda, pero musicalmente no ha sido nada malo.
Nadie me lo pide, pero yo lo hago de nuevo. Selecciono las mejores canciones, españolas of course, que por aquí han pasado; me autocensuro, me obligo, me fustigo por olvidarme de una y por incluir otra… obligaciones de la ridícula hiperresponsabilidad. La lista la hice hace unos días y ya hoy mismo, cambiaría la mitad. Pero no lo haré.
Sigo feliz por poder escuchar cada día nuevas canciones y por emocionarme, en más ocasiones de las previstas, por el descubrimiento de la belleza desconocida. Continúo con las orejas bien abiertas y buena prueba de ello es esta lista: en un año horrible, pero con nuevos discos de Xoel, Nacho Vegas y algún que otro himno de Jero, ninguno de ellos lidera el top. ¿Quién será? Bajad con el ratón y lo descubriréis. Disfrutad.
La canción de las 13:25. Si supiera quiénes son los míos, consideraría como tal a Steven Munar. Británico de procedencia mallorquina, lleva viviendo, y haciendo música, en Barcelona durante más de cuarto de siglo. Ahora, regresa con nueva formación, The Miracle Band, y con este Trust, que a mí me conecta más con David Byrne que con Bowie, o sea que muchísimo mejor.
La canción de las10:41. Escucho la palabra soneto y pienso en Violante y en un hombre a una nariz pegado. Me trae de nuevo al presente lo último de un chaval con talento llamado 9ckles, que ni idea de quién es, ni de por qué se llama así. Si supiera Quevedo que un día se harían sonetos con autotune, pediría la inmortalidad. Se pueden hacer sonetos hoy en día. Si no me creéis, escuchad este al amor oscuro, como aquellos que en su día escribió Lorca.
La canción de las 13:46. Esta Nochebuena es, más que nunca, una noche más, final de un día como otro cualquiera. Por eso, también hoy, regalo música. Compartí por aquí hace años lo que hacía un grupo llamado Sonograma. Por aquel entonces, abril de 2014, ni yo, ni sus componentes sabíamos que los escenarios nos iban a unir. Yo viéndoles y ellos tocando incesantemente. Regresan ahora con las voces de Rodrigo Cominero, inolvidable teclista en los mágicos Rufus T. Firefly y ahora en Viva Suecia, y las guitarras de Víctor Pescador, el fiel escudero de Ángel Stanich. Ángel Herranz y Daniel Campillo les acompañan en el regreso de su aventura más querida. Arde el imperio suena potente. Ideal para nochebuenas raras.
La canción de las 19:04. Yo tampoco, la verdad. Y existen candidatos evidentes, pero hay algo de valentía en eso de matar y yo prefiero guardarme la que yo tengo, poca o mucha, va a días, para motivos más lustrosos. Del inagotable musicón que se hace en Granada, una de sus últimas revelaciones son David Alcalá y María Benavente. Juntos se hacen llamar así, ya sabéis, No sé a quién matar, con sus tildes y todo, y dicen hacer pop de salón. Este reciente Bacilococo, al menos, lo parece.
La canción de las 19:34. Me gusta más la depresión como accidente geográfico que como enfermedad. Mucho más. Y si es sonora, mejor que mejor. Marcos Crespo, Markusiano para sus amigos, es de Vallecas y, por lo que leo, un apasionado de la inteligencia artificial. Su proyecto musical, Depresión Sonora, es tan reciente como prometedor, con ese toque ochentero que lo hace tan atractivo y esa letra, y esa forma de cantarla, que me engancha casi al momento. Aviso: Lo está petando.
La canción de las 20:01. Por extraño que parezca, hay vida más allá de Carolina Durante en el punk popero español. He tenido que buscar, no os creáis, pero ya sabéis que eso es lo que más me gusta hacer. Tuve que bajar hasta Jerez para encontrar a dos chavales, Selu y Gome, a los que, además de la música guitarrera, les une el skate. De ahí, a llamarse Nadie Patín, solo un paso. Después, tuve que subir hasta Perpignan, el título de este pildorazo, para recordar que una vez estuve allí y que feo no era.
La canción de las 11:58. Si hay alguien que sepa algo que haga mal Kimberley Tell que lo diga ahora, si es que no quiere callar para siempre. Desconocía la existencia de esta talentosísima canaria, con sangre inglesa y danesa, y, sin embargo, ya la había visto en la estupenda serie Hierro, de Movistar. Y algo de ella había escuchado, pero no me había parado a disfrutar de su adictivo flow. Tendría un día malo, que uno, aunque lo parezca, no es perfecto. Pues bien, hoy, en sabatina mañana más tristona aún que el añito que llevamos, un poco de alegría y ritmazo con este No hard feelings. Disfrútenlo.
La canción de las 18:02. A ver. Vayamos por partes, que no puedo con tantas emociones. Todo sin exagerar, eh, que ya me vais conociendo. No hay en España un guitarrista como Adrián Costa. Si lo hay, que ya digo yo que no, bien podría ser Alberto Anaut. Ambos, para colmo de bienes, cantan como si fuesen ángeles. Sigo. No hay músico en este país más completo que Julián Maeso, organista de negra pasión, le da a la batería como si toda la vida se hubiera dedicado a ello. Y Juan Zelada es, de verdad, muy buenísimo, cantando y a las teclas, siempre con su blues a cuestas. Maeso, alma inquieta, decidió hace meses juntar a los mejores y formar Combo Paradiso. Su primer single es este delicioso La sonrisa de mis amigos. Ah, que no se me olvide. El vídeo está grabado en El Náutico, el garito con mejor terraza del mundo, la misma playa gallega. ¿Se puede mejorar? Ya os decía yo que no.