La canción de las 15:10. Amante reconocido soy de las versiones, especialmente de las buenas. Más aún de las buenísimas. A Inés, Anika, Bruna y Miriam las conocí en alguna de sus colaboraciones con los imprescindibles Club del Río. Se hacen llamar Faneka y no tienen miedo alguno. Se han puesto a hacer una versión de todo un clásico, el Ojalá de Silvio Rodríguez, y, con violín, violonchelo y voces estupendas, han salido más que victoriosas.
Mes: PMñ2022 f13432022-11-30T15:13:43+01:00pmmiércoles
Zoo
La canción de las 15:09. Nada mejor que el desmesurado atrevimiento para demostrar la monumental ignorancia. Llevo tantos años recorriendo la buena música que se hace por aquí que me sorprendo cuando descubro, me descubren mejor, grupos y canciones de calidad con millones de oyentes, entre los que, hasta ahora, yo no estaba. Voy a empezar ahora, a mis años, a escuchar a los valencianos de Gandía, Zoo. Y, mucho me temo, que en ellos me voy a quedar. Aunque sea metido en una jaula. Y, para colmo de bienes, mis amigos de Volcánica estuvieron detrás del estupendo vídeo que recreó este adictivo Llepolies.
The Limboos
La canción de las 16:43. Recuerdo que aquella noche no paraba de entrar gente en la que, por aquel entonces, era mi felicísima segunda casa. Organizaba conciertos buenísimos en el Centenera y el rato anterior a cada actuación lo pasaba yo peor que los propios músicos. Quería que viniera mucha gente y no siempre sucedía. Los ausentes se lo perdían y yo me entristecía. Por eso, cuando confirmé con mis propios ojos que habría llenazo para ver a The Limboos, sonreí sin parar. Y fue un desparrame. Años después, Roi Fontoira, Daniela Kennedy y Sergio Alarcón siguen exhibiendo una calidad musical al alcance de muy pocos. Tú y yo lo sabíamos.
Carrera blanca
La canción de las 15:03. Ayuso / protégeme / no quiero encontrarme a mi ex / en la puerta del Corte Inglés. Ayuso es, en efecto, esa de la que usted me habla y lo de toparse con un o una ex en Madrid es, también efectivamente, más sencillo que encontrar un médico en un centro de salud. Carrera blanca es un dúo de reciente creación formado por una afamada diseñadora que atiende al nombre de Precariada y por el cantante de La Milagrosa, al que conocen por German Ges. Gente, indudable, con talento.
Luis Brea
La canción de las 15:19. Hubo un tiempo en el que Luis Brea añadió El miedo a su denominación artística oficial. Ahora, cinco años después de sus últimas canciones, se lo ha quitado de raíz para presentarnos El vaivén, un amor de verano en las fiestas del pueblo con dulzainas, iglesias, frontón y pilón, como bien está mandado. Tiene algo este tipo de Alcorcón que me engancha casi siempre, también en su más que sorprendente faceta rural.
Los Chikos del Maíz
La canción de las 14:29. Conozco, de lejos y de tiempo, las andanzas de Los Chikos del Maíz, el dúo rapero formado en Valencia por Nega y Toni el Sucio, dos de los tipos que menos se callan en todo el mundo. Rojazos como ellos solos, agradezco, en tiempos de bienquedas y autocensura, numerosísimas de sus bravuconadas cantadas. Desde ayer, desde ese mágico momento en el que descubrí que su última bomba, La Vida Sense Tu, suena al acid pop que tanto escuchábamos en los mágicos noventa, no puedo parar de escucharla y de moverme al compás. Cantan a Tito y a la antigua Yugoslavia y, en su línea, ni se plantean encontrar la cabeza del títere derribado.
Caraballo
La canción de las 15:56. Ver un concierto de Colectivo da Silva debería estar prescrito por los médicos, especialmente por aquellos que tratan esas cosas que nos pasan por la cabeza. Los granadinos ofrecen alegría y buen rollo por quintales. Ahora resulta que su cantante y compositor, Carlos Jiménez, utiliza su alias Caraballo para lanzarse en solitario. Y, oye, en alguna que otra receta también podría tener sitio. Déjame vivir. Pues eso.
Tenda
La canción de las 15:54. A pies juntillas me creo las previsiones meteorológicas. Son las únicas profecías en las que confío. Y lo hago pese a que, como ayer, fallen cual escopetas de feria. Me calé. Leí que no llovería y jarreó de lo lindo. Llegaba a casa, empapado en noche desapacible, escuchando, para variar, música desconocida. En el aleatorio, lo nuevo de Tenda, cuatro chavales valencianos con talento más que evidente para hacer buenas canciones. Después de descubrirlos con Si me voy, seguiré escuchándolos y, a mi pesar, continuaré creyéndome a los hombres y, más aún, a las mujeres del tiempo.
Betacam
La canción de las 15:21. Fue bonito salir a la calle, avanzar a pasitos muy cortos, rodearse de gente de lo más normal y gritar con ellos lo evidente. De esas Cosas bonitas, que canta el cada vez más imprescindible Javier Carrasco, Betacam, en su último y bonitísmo disco. Tenemos que hacer más por quedar, canta. La próxima vez, si es posible, que sea con urnas delante.
Ripoll
La canción de las 15:35. De esto, que conoces a alguien sin saberlo. Me pasa mucho. De Ripoll sé donde está, aunque dudo si he estado. De David Ripoll poco sabía yo, aunque mucho más de lo que pensaba. La lista de grupazos por los que ha pasado es como tener el carnet de conducir camiones o hablar chino mandarín en un currículum de esos que ya nadie nunca lee. Hazte lapón, Alborotador Gomasio o uno de mis favoritos de siempre, El Pardo, del nunca suficientemente bien ponderado Raúl Querido, contaron algún día con el talento de David. Ahora, como Ripoll, suena potente. Tienen que arder, canta. Y ya me parece poco.