Roy Borland y Azuleja

La canción de las 18:29. Cada vez somos menos los que sabemos que a este viernes lo llaman Viernes de Dolores. Es bueno evitar el sufrimiento. No me parece mala manera el olvido pertinaz. Celebro la entrada en el fin de semana más largo del año con Roy Borland, madrileño con benditas raíces centroamericanas. Mi primer contacto con él es este sentido y ultramoderno Mun, en el que colabora Azuleja, a la que no tengo el gusto. Disfrutad. Mucho mejor que sufrir, sea el día que sea.

La Paloma

La canción de las 15:49. Fuentes dignas de toda solvencia, de esas que generalmente andan bien informadas, me cuentan que Nico, Rubén, Lucas y Juan hacen el mejor pop guitarrero que se hace ahora mismo por estos lares. Si hubieran leído este blog hace un par de años ya lo sabrían, pero no pasa nada, porque es rigurosamente cierto que el recientísimo primer álbum de los chicos de La Paloma es mucho más que notable. Desde el madrileño barrio de Tetuán, enclave de la inmigración en el norte de la capital, han facturado un discazo, del que regalo hoy, como celebración del efímero entretiempo, este fantástico Quejas célebres. Ya sé que no es para tanto, cantan. O sí, vete tú a saber.

Balarrasa

La canción de las 15:14. Agradezco que Chema Castaño, el tipo que hay detrás de Balarrasa me ahorre el trabajo y, como si me conociera, me ofrezca el significado del palabro en cuestión. Balarrasa es, o bien un aguardiente fuerte, o bien una persona juerguista y desenfadada. Me valen ambas, la verdad. Escuchad este adictivo Hombre verde y no os dejéis llevar, o sí, por el comienzo sucio. Luego, clarea y acaba volando. La producción, del gran Lucas Bolaño (Estrella Fugaz), algo tendrá que ver.

Renaldo & Clara

La canción de las 14:19. Hace casi una década que la ilerdense Clara Viñals paso por este cada vez más modesto blog de música e ilusiones. Agrada moltíssim ver que su proyecto musical, Renaldo & Clara, goza de buenísima salud. Solo hay que echar un vistazo a este fabuloso y recientísimo Globus, con una portentosa línea de bajo que, sin parar, va hacia lo más alto. A disfrutar.

The Guapos

La canción de las 14:48. Como, no sé vosotros, pero yo estoy a las puertas del fin de semana y me podré resguardar en mi hogar de críticas severas, allá van dos opiniones impopulares: los Pantomima Full me hacen gracia regular; más o menos la mismo que la música de Leiva, cuyo personaje me puede y, viéndole, solo se me ocurre preguntarme si en la panadería pedirá una barra con ese tonito de superhéroe de barrio que se gasta. El asunto es que el otro de Pereza, siempre me gustó más Rubén Pozo, ha formado un cuarteto con el mexicano Jay De La Cueva, Adanowsky, chileno-franco-mexicano, y El David Aguilar, también mexicano, bajo el buen nombre de The Guapos. Leiva, tipo con talento y formación, no os vayáis a creer, toca la batería en un disco grabado completamente en riguroso analógico, como se hacía antes de los 60. Eso mola, pida como pida una barra en la panadería.

La Troika

La canción de las 15:22. Una troika está formada, en principio, por tres personas, pero, por lo que yo sé, Emy Martínez es solo uno y dudo mucho que sea trino. Por lo que sigo sabiendo es de Leganés, el lugar que veo desde mi ventana y, según él, además de hacer canciones, dibuja y “lo que mejor hago es el vacío“. El estreno de La Troika suena espectacular, gracias, también, a la buenísima labor a la producción y la mezcla de Elio Ferrán, de esa bandaza alicantina llamada La Jetée. La canción se titula Izal, y al verlo, me temí lo peor, pero en realidad podría llamarse de cualquier manera. Sería igual de buena.

Jacobo Serra

La canción de las 15:13. Comparto canciones de Jacobo Serra desde hace, más o menos, diez años y en esta década me considero, de largo, mejor persona. Lo que haya tenido que ver en ello el infinito talento del albaceteño se lo dejó a mis amigos matemáticos. Me fijé en él cantando en inglés y, desde hace años, brilla también, sabiendo que es infinitamente más complicado, en perfecto castellano. En su último disco, compuesto por 12 piezas, dedica cada una de ellas a un mes del año. Con el primer calorcito primaveral me he acordado, ya ves tú, de noviembre, donde, efectivamente, te di lo que fui.