La canción de las 15:51. Tardé más de lo que suelo en encontrar algo que compartir hoy, algo que sorprendiera y gustara a partes iguales. Pero la espera mereció la pena al comprobar que hay gente en este país a la que sigue gustando hacer rock de toda la vida. En algún momento de estos Puntos cardinales de los gijoneses Drugos creí estar escuchando a los mismísimos Ronaldos, y eso no es que sean palabras mayores sino las más grandes imaginables. Larga vida a la pasión del rock y a los amantes de La naranja mecánica.
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