La canción de las 19:55. Esperé a que cayeran la noche y la niebla, primero la otra y luego la una, para compartir la última maravilla de Jon Agirrezabalaga,Zabala en los créditos, conocido ahora en solitario y antes por ser parte de los cada vez más añorados WAS. Zabala crea atmósferas planetarias de muchísimo gusto y enfático sosiego. Es el caso de este sideral Night Gale (Ruiseñor, en román y, sobre todo, en paladino), en el que, ojo, aviso, no canta nadie. Ni falta que hace.
La canción de las 19:07. Si Dom La Nena no se llama así y ni siquiera es española, cuando este blog es cada vez más pseudopatrio, ¿qué méritos ha hecho para estar por aquí? Pues, en realidad, el fundamental: que canta muy requetebién y que su escucha provoca sensaciones. Y, además, aquí, en este fenomenal Todo tiene su fin, lo hace en esforzado castellano. Dominique Pinto, un respetito que hasta tiene página en Wikipedia, nació en la ciudad brasileña dePorto Alegre en 1989. Experta chelista, canta en multitud de idiomas. Apartada la envidia, admiración profunda.
La canción de las 12:48. Hace solo unas semanas, os pedía que me gritarais si es que queríais una selección de las mejores versiones que, a lo largo de estos años, habían pasado por este blog, ya sabéis, de música e ilusiones. Afiné el oído y escuché el gritito, o sea, que allá voy. Hay de todo, pero cada una tiene algo muy bueno. A ver si os gustan.
Por si os resulta más cómodo, aquí tenéis la lista de Spotify, aunque algunas son tan raras, que ni siquiera ahí las he podido encontrar.
Los chicos de Granada se atrevieron con un clásico del más clásico, Joan Manuel Serrat. Y lo combinaron con el Desolution Rowde otro chavalote que está empezando; Bob Dylan, dice llamarse. De la combinación solo podía salir algo muy bueno.
No podía faltar en esta selección uno de los musos del blog. Xoel López, junto a sus amigos del Combo Viramundo, recetó el año pasado una espectacular versión de una de las mejores canciones de la historia de Mecano.
Sin duda, una de mis versiones preferidas. Un quinteto madrileño, tristemente desaparecido, le doy unas cuantas vueltas a una de esas piezas indispensables de los bares de principios de siglo, cuando aún el reggaeton era una simple amenaza. Brillantísimos Pablito.
La iaia. “Con una oració”, del “Like a prayer”, de Madonna
Nunca me cansaré de reivindicar la figura estratosférica de Madonna. Y de todas sus canciones, pocas como el universal Like a prayer. Aquí la tenéis, ni corto ni perezoso, en fantástico catalán. ¿A que esta no os la esperabais?
Rocío Jurado, primero, y Raphael, después, llevaron a límites, más o menos conocidos, y brillantes, esta excelsa pieza escrita por Manuel Alejandro. Los granadinos Niños Mutantes dieron un paso más y la llevaron hasta lo desconocido.
Joe Crepúsculo. “No me acostumbro”, de El Último de la Fila
Quien me sigue, ya sabe cuál considero el mejor grupo de la historia de la música española. Cuestión de gustos, por supuesto. Por eso, una versión de El Último de la Fila no podía faltar por aquí. Y, además, de una de sus mejores canciones de siempre. Joe Crepúsculo, a su estilo, seguro que también lo piensa así.
Y si El Último es lo que es a nivel nacional, Dire Straits lo es en el ámbito planetario. Todo, claro, según mi buen creer y entender. Hace muchos años que descubrí que unos tipos murcianos llamados The Yellow Melodies sentían el mismo y desmedido aprecio por Mark Knopfler y sus secuaces. Pero ellos, plenos del talento que a mí me falta, no se quedaron ahí y versionaron este mágico Down to the Waterline.
Pero no solo vive el hombre, y mucho menos, la mujer de clásicos de toda la vida. Aquí va la fenomenal versión que los Pleens realizaron antes de ayer de una original canción, otra más, de Marcelo Criminal.
Al igual que Madonna, otro animal artístico, en lo otro no me meto, fue Michael Jackson. Aquel Black or white tuvo esta espectacular revisión por parte de un combo increíble llamado Patáx y liderado por Jorge Pérez.
Ricardo Vicente. “La estatua del jardín botánico”, de Radio Futura
Otra de mis debilidades, bien lo sabéis, es ese profesor de filosofía aragonés llamado Ricardo Vicente, autor de cancionacas para toda la vida. Incluso se atrevió a versionar un clásico de Radio Futura y el resultado es, cuando menos, encantador.
Una de las mejores canciones, si no la mejor, de uno de los mejores grupos nacionales de la última década, si no el mejor, versionada por una jovencísima canaria de voz angelical. ¿Qué puede fallar? Obviamente, nada.
Innumerables las noches en las que escuché su ritmo en tugurios varios. Uno de los grupos más originales de la escena actual, los madrileños Cómo vivir en el campo, se sacaron de la chistera esta versión cuasi instrumental de un clásico que, lo he tenido que mirar, por supuesto, era original de un trío belga llamado Mystic, del que poco más se supo.
Blackpanda. “Te estoy amando locamente”, de Las Grecas
De las más recientes que compartí, esta vuelta de tuerca de Marta y Andrés, Blackpanda se llaman y son de Getafe, sobre un clasicón cañí de toda la vida.
Los Nastys. “Ahora te puedes marchar”, de Luis Miguel
El original es de Dusty Springfield, pero Luis Miguel la hizo mundialmente famosa y los madrileños Nastys, sin duda alguna, muchísimo mejor.
El imprescindible Nacho Vegas y Marilia, la mejor de aquel invento noventero llamado Ella Baila Sola, se unieron para rememorar este pedazo de canción de Violeta Parra que, gracias a ellos, toma una nueva, y preciosa, dimensión.
El grupo donostiarra Family está en el recuerdo de cualquiera a quien le guste la buena música. Una de sus grandes canciones, aquel inmortal Viaje a los sueños polares, fue cantada de esta irresistible manera por Cristina Quesada.
Repiten los Mecano en esta lista de versiones y por algo será. Mujer contra mujer a ritmo de rock fue la brillantísima propuesta de este sexteto madrileño y femenino llamado Las Chillers.
Habéis hecho bien en llegar hasta aquí porque esto es el no va más. La canción franquicia de la cultura vasca, el Txoria txori, del mítico Mikel Laboa, pasada por el tamiz flamenco de Sonakay. Un pasote.
Anabel Lee. “Canción del fin del mundo”, de Los Planetas
Otro grupazo básico para entender la música española de las últimas décadas, Los Planetas, también tienen lugar en esta selección. Y es gracias a los catalanes Anabel Lee (como la canción de Radio Futura), que recetaron hace solo unas semanas esta espectacular versión de la ya de por sí buenísima La canción del fin del mundo.
Nada mejor que un inmortal bolero para darle una vuelta. Pocas como la interpretada por las barcelonesas Isabel Vinardell e Isabelle Leudenbach, que, por motivos bastante obvios, se hacen llamar Las Isabeles.
La portentosa cantante asturiana Marisa Valle Roso se salió literalmente interpretando esta espectacular versión del ya brillante Macorina, de la mítica Chavela Vargas.
Esta es, sin duda, una de mis versiones favoritas de las tantas y tantas que han pasado por este modesto blog de música e ilusiones. Primero, porque la original, la brutal La Reina de Inglaterra, de los murcianos Perro, ocupa siempre un puesto muy destacado en mi cabecera. Después, por lo buenísima que es la libérrima versión de Álex Escribano, autodenominado para tan señalada ocasión Oso Peligro.
Xoel López. “Selector de frecuencias”, de Aviador Dro.
No se me ocurre mejor forma para concluir esta selección de versionacas infalibles con una del mejor. El coruñés universal, Xoel López, no se arredra ante nada. Mucho menos frente al reto que supone atacar el mítico Selector de frecuencias, que Servando Carvallar escribió en 1982 para interpretar con su avanzadísimo Aviador Dro. Y el éxito de la colaboración, que ya parecía inevitable, se confirma de manera superior.
La canción de las 13:07. De nuevo, una menor de edad pasa por aquí. Cualquier día de estos, cualquier otro de aquellos, alguien me denunciará. Pero es lo que tiene buscar y, en la mayoría de los casos, encontrar. Luna Valle tiene 17 años, hace canciones en su habitación y se permite, además, cantar al Estado de alarma sin que se refiera a lo que todos pensamos ahora al escuchar el maldito trinomio y antes ni se nos pasaba por la cabeza.
La canción de las 18:05. No me acostumbro a que, de cuando en vez, me escriban músicos contándome lo que están haciendo. Ilusión a raudales me hace el asunto. Por ejemplo, hoy mismo me escribe el almeriense Fran Ocete, a quien conocí en muy virtuosas bandas granadinas como Pájaro Jack, Brío Afíno Dolorosa, felizmente habituales de este modesto blog de música e ilusiones. Ahora, Fran canta en solitario y se presenta con este brillante Haciendo lo que puedo. Vamos, lo que el resto, pero con talento. Y, como ya he escrito alguna que otra vez por aquí, qué bien suena ese acento andaluz, natural, en las canciones.
La canción de las 17:45. Pocos nombres más brillantes, originales y redondos para llamar a un grupo. Cuentan los integrantes de Somos Fabricantes, Iván, Anna, Álex, Eliecer y Consi, que formaron una banda porque un día decidieron pasar de ser espectadores a subirse al escenario. Os los presento, para colmo de bienes, con una pieza cuasi instrumental, declamada y no cantada, porque es así, solo así, con el mayor de los respetos, como hay que introducirse en el sagrado mundo del rugby.
La canción de las 19:17. Hacen buena música en Granada. Disponen de un selecto muestrario, aunque nunca me había tropezado con una banda de allí que hiciera pop elástico; bueno, ni de Graná ni de ningún otro sitio. Los componentes de Papaya Club dicen que hacen eso y quién soy yo para llevarles la contraria. Escuchad este Dolor pensativo y veréis cómo se estira. Decidme si hay mejor descripción posible. Yo digo no.
La canción de las 18:16. Como no soy de bailar, tampoco soy de bailar en casa. De beber, a veces sí, aunque con mesura. Es una pena, porque a falta de, especialmente, edad y también, de garitos abiertos, este Fighting Fire es un temarraco del mejor dance del momento. Lo hacen dos DJs valencianos que atienden al nombre de Wisemen Project. Sabios, efectivamente, son un rato.
La canción de las 11:37. Increíble lo de Murcia, amiguis. En mi búsqueda diaria de buena y nueva música nacional puse en Spotify “No Murcia“, por aquello de no monopolizar la producción. Y en esto, encontré a una joven que se hace llamar Yarea y que nació en Bilbao a finales del siglo pasado. Respiro tranquilo. Leo algo más de ella y, ¡no!, “murciana de adopción“, cuentan por ahí. Me rindo. En Murcia se hace más música que en cualquier otro lado. Lo acepto y lo asumo. Desde dentro, como este fenomenal tema de Yarea.
La canción de las 19:07. De la unión de una buena voz, femenina como casi siempre últimamente, y unas guitarras rockeras suelen salir cosas notables. Ejemplo para esta tarde lluviosa esto de Ana Cano, joven murciana, también como casi siempre últimamente. Sigo sin explicarme que dan por allí de comer para que florezca tanta música. Prefiero respirar, canta Ana. Y yo, aunque sea sin cantar.