La canción de las 15:17. Yo, en mi habitación estudiaba (poco), dormía (mucho) e incluso veía películas nocturnas a volumen poco audible. Ahora, hay chavalada que en su habitación hace música. Serán amigos de este Rusowsky gente como Mori, Confeti de Odio, Casero, Daniel Daniel, Choley y hasta el imprescindible Sen Senra. Lo llaman bedroompop y, a diferencia de lo otro, sí lo es.
Mes: PMñ2020 f17502020-01-30T15:17:50+01:00pmjueves
29 de enero. Gustavo Redondo
La canción de las 15:46. Esas canciones que empiezan con vientos y metales son mágicas. Si después aparece la voz y la sensibilidad del abulense de Pedro Bernardo Gustavo Redondo, cerraremos el círculo virtuoso. Redondo acompaña en las giras al gran Willy Naves y, pese a ser productor y hombre orquesta en su propio disco, se ha rodeado de buenos músicos para redondear su tercer largo. Fila india, título fenomenal, es el bellísimo adelanto.
28 de enero. Beladrone
La canción de las 15:19. Dicen los que entienden que lo que hacen los andaluces Manuel Begines, Paco Arenas e Iñaki García se podría englobar en el punto medio entre el post-punk, el shoegaze y el noise. Como yo no sé, solo diré que en el punto medio está la virtud.
27 de enero. Flecha Valona
La canción de las 15:40. Leo Flecha Valona y la mente se me va directa a una buena siesta de primavera dominical y a Alejandro Valverde subiendo como un animal el demencial muro de Huy. Alabo el gusto del jerezano Ezequiel Márquez para elegir nombre, bellísimo, para su proyecto musical. También, para hacer crecer este La Capital hasta límites insospechados y, por último, por ser el tipo que más cercano canta a Pucho, de Vetusta Morla, de todos los que hasta ahora he conocido. Todo, en fin, muy bueno.
24 de enero. Reyko
La canción de las 14:28. Soleil e Igor, así se llaman, son dos jóvenes españoles que viven en Londres y que comparten mismo sueño musical: Reyko. Desde Inglaterra, Brexit mediante, hacen pop electrónico pleno de gusto. Leo, también, que hacen canciones del verano, como si eso fuera tan fácil.
23 de enero. Chavales
La canción de las 15:48. Desparpajo. Esa es la palabra. Daniel Rodríguez, mallorquín, ya ha aparecido por aquí con el reiterativo nombre de Daniel Daniel. Javier Paredes, extremeño de Mérida y, por fortuna, no se le conoce un proyecto anterior llamado Javier Javier. Ambos, Chavales, se estrenan con un grupo de los de hoy, de los de usar y no tirar. De los de mucho desparpajo y poca vergüenza. Canta a las plantas de la terraza. Yo, porque no sé cantar; si supiera le haría un himno a la mía.
22 de enero. OWL C.
La canción de las 14:23. Ojito con este malagueño llamado Gonzalo Ruiz. Bueno, más bien, mucho ojo con cómo de bien suena lo que hace. Parece que antes se hacía llamar Owl Captain y que ahora ha sincopado su denominado dejándola en OWL C. Llámese como se llame, su manera de tocar e interpretar gusta. Mucho.
21 de enero. Adiós Amores
La canción de las 14:23. Imaginemos cómo cantarían las inmortales Jeanette y Cecilia hoy en día. Pues no hace falta imaginar demasiado, porque Iman Amar y Ana Valladares ya lo hacen bajo el nombre de Adiós Amores. No me digáis que este Charlotte no suena a música entrañablemente viejuna y bonita.
20 de enero. Havoc
La canción de las 14:28. Cómo va a ser un lunes triste este si en San Sebastián celebran su día grande, pregunto. Directo desde Donosti, traigo hoy, en auténtico vendaval, lo nuevo de Havoc, la banda que lidera Pedro Gracia Pérez de Viñaspre, con el guitarrista y productor Jon Vidaur (la media parte de ese otro dúo artífice de la impagable Solo había que soplar más fuerte) y la dominante batería de Andoni Etxebeste. Este potentísimo Y si tiembla el suelo, en forma de particular tamborrada, es solo el prólogo de un auténtico discazo.
19 de enero. Ele
La canción de las 18:19. Conozco desde hace tiempo el talento de Elena Iturrieta, Ele para quienes disfrutamos de su música y de su voz. Pero esperaba una fresca y anochecida tarde de domingo como esta para compartir lo último, por fin en castellano, que ha hecho. Dice que Dicen está dedicada a su perra Hoa y hasta a mí, que no necesito de más animales que servidor en mi hogar, me llega.