La canción de las 19:55. Esperé a que cayeran la noche y la niebla, primero la otra y luego la una, para compartir la última maravilla de Jon Agirrezabalaga, Zabala en los créditos, conocido ahora en solitario y antes por ser parte de los cada vez más añorados WAS. Zabala crea atmósferas planetarias de muchísimo gusto y enfático sosiego. Es el caso de este sideral Night Gale (Ruiseñor, en román y, sobre todo, en paladino), en el que, ojo, aviso, no canta nadie. Ni falta que hace.
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