La canción de las 19:35. Ayer mismo conté las veces que Víctor decía en plan al contar no sé qué de un viaje a Suiza. Lo dejé por aburrimiento. No se puede ser más de su tiempo. Víctor, mi compañero de curro, es uno de los dos componentes de víctor. El otro, oh casualidad, mi casualidad, también se llama así. Andaba alterado (más) estos días. La ocasión lo merecía; han sacado un EP llamado Tiemposmodernos. Al menos al Víctor que yo conozco, ese que reparte abrazos sentidos y entiende difícilmente que, aunque no lo parezca, algunos pasamos de los 30 hace ya unos cuantos, lo admiro muy sinceramente por muchas cosas; de las que más, su valentía al exponerse con sus canciones. También porque, como el resto de mis jóvenes compañeros de trabajo, me abren la cabeza cada día. Pero eso ya no se lo voy a contar por aquí.