La canción de las 14:45. Entre la molicie y la sobredosis, elegí el mar. El impetuoso gallego, ¿cuál si no? Un par de semanas después, regreso para seguir compartiendo buenísimas canciones hechas cerca. Aviso que no he notado demasiado la falta de actividad, con todo lo bueno que eso es. Si hubiera puertas grandes, por una de ellas regresaría, ya que hoy regalo lo primero que escucho de Teo Planell, un crío de desmesurado talento y posibilidades infinitas. Canta al mes de abril, el de las lluvias. Y, solo con ello, ya refresca.
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