La canción de las 13:51. Y, de repente, la música. Otra vez. Siempre. Cuando ni siquiera se espera, aparece. Hiere y place al unísono. Solo ella es capaz de hacerlo. Escucho, por primera vez, este monumental Niebla, del valenciano Raúl Martí, e impacta. Mucho. Tanto, que lo único que puedo hacer es correr, siempre correr, para compartir su belleza. La explicación del nombre artístico, Queidem, queda para otro día. Ahora, solo disfrute. Pleno.
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