La canción de las 15:27. Nunca creí ser un niño valiente. Es más, siempre pensé justamente lo contrario. Después, me enseñaron a perdonar a mis compañeros y a mí el primero y en ello estoy aún. Mejor, por supuesto. El granadino Luis Cortés se juntó hace unos años en Madrid con el local Nacho Ochoa y con el argentino Sebastián Guidice, batería de los míticos Amigos Imaginarios de Santi Campos. Y se pusieron a cantar y a tocar juntos. En Llorar un rato está por todos los lados Calamaro y eso es siempre bueno.
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