La canción de las 14:12. Lo único que me gustaba de la Navidad era ir con mi padre a La Aldehuela a buscar musgo para el belén. Ahora, que adelantamos todo como si tuviéramos prisa; ahora, que ya él no está, me conformaré con la gaditana Mar Gabarre, con su innegable talento artístico y, sobre todo, con su original diéresis final. Y no es poca cosa. Desde los tiempos del imperial Andreas Vollenweider no se había vuelto a hablar de arpa por aquí. A ratos se escucha en esta brillante Reencarnada ese que dicen que es el instrumento más difícil de tocar. Si no es, será el segundo.