La canción de las 15:35. De vuelta de unos días de intenso revoloteo, y a la espera de los próximos que seguramente vendrán, me detengo para hacer lo que más me gusta al pararme: descubrir nueva música y regalarla. No es nuevo en el arte el jerezano Gonzalo de Cos, pero yo desconocía su talento hasta hace un cuarto de hora. Me pasa casi siempre. El impacto de las flores me gusta más que eso que hace ese en el que estaréis pensando al empezar a escuchar este temarraco. Olvidad pronto la comparación y ya, cuando aparezcan esos solos de guitarra y esos vientos, volad tarareando todo un clásico recién conocido.
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