La canción de las 15:31. Justo antes de que Djukic marrara aquel penalti se fue la luz en el restaurante en el que estábamos. Estaba, cómo no, en Galicia. Mi hermano y Bego se acababan de casar, todos éramos felices y algo divino intervino para que no fuéramos testigo de aquella debacle tan injusta como irreal. De un desastre semejante pocos se levantarían. El querido Deportivo, el mejor de todos ellos. Ahora, un hijo pródigo llamado Lucas y apellidado Pérez ha regresado para sacarlo del fondo del pozo. Lo hará. Arturo Coego también lo cree. A falta de goles, él colabora con este potentísimo Nos van a ver volver: De entre los muertos, con sed de venganza. Humo azul en el imperio del Norte. Pues eso.