La canción de las 15:32. En nuestra vida real siempre fuimos decadentes, cantaba Calamaro antes de que las drogas dejaran de impulsar su enorme talento para afectar de manera traumática a su ideología. La vida real, el concepto. En mi vida real tengo una habilidad especial para localizar a la gente según como se apelliden. Así soy y así se me quiere. Sé, sin duda alguna, cómo acaban los apellidos de la mayoría de los georgianos y me sucede lo mismo con los armenios. Si Béla Sándor existiese, solo podría ser húngaro, aunque solo fuera por tipos apellidados Lugosi o Kocsis. Desconozco qué ha llevado a Álex Ortega y a Alberto Riazuelo a llamar así a su nuevo proyecto musical. Sí que sé que, en mi vida real, todo lo que hace Ortega, conocido por las inmensas bondades musicales de Calavera, me gusta. En cada amanecer y también cuando cae el día.