La canción de las 14:47. Confieso mis nervios ilusionados. Esta noche me cito con los Egon Soda y me temo lo mejor. Prometo disfrutar sin mesura y, si me acuerdo, hasta contarlo. Y no recordar demasiado que La Bien Querida, Irenegarry, Brava y seguro que más coinciden en una noche eminentemente musical en la capital de la libertad con minúscula. Había que elegir y hubo dolor, pero ninguna duda. El asunto es que el concierto empieza de la mejor moneda. Ricky Falkner y sus secuaces me han presentado a Alberto Vela, telonero de calidad contrastada e imperdonable ignorancia por mi parte, que canta bien bonito. Alberto me hará ser puntual.