12 de mayo. Izaro

La canción de las 17:53. Nunca, creo, tripití con semejante velocidad. Hace solo tres años caí, obnubilado, aún lo recuerdo, ante una chica que cantaba en un euskera resplandeciente. Se llamaba Ízaro y era natural de Mallabia, en ese particular paisaje vizcaíno fronterizo con Guipúzcoa, con Ermua y Eibar a un paso. Caí rendido, repito, con aquel mágico Koilarak (Cucharas). El pasado mes de octubre designé, con todo boato, Invierno a la vista, con el universal Xoel López, como la canción más bonita del año. Del pasado y de cualquier otro. Pero es que ahora ya tengo elegida la canción más preciosa de todo el confinamiento. Se haga lo que se haga, y mira que se ha hecho ya, de aquí en adelante. Se titula Tiempo ausente y es, también, mágica. La letra es un primor, aunque me quedo con ese final Busco toda la fe en la que nunca creí. Amén.

Una respuesta a “12 de mayo. Izaro”

  1. Roberto Zamarbide Nicuesa dice: Responder

    Esta canción es para hacerle reverencias sin parar hasta que Pedro Sánchez levante el Estado de Alarma.

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