La canción de las 18:45. Dejar que suene el aleatorio, que nunca lo es del todo, pero bueno, de Spotify, puede ser una caja de sorpresas. Alguna, desagradable, no tiene lugar aquí. Las buenas, sí. Y las mejores, más. Como tropezarme con la canaria Valeria Crespo y sus magníficas versiones. Con piano y guitarra se atrevió con, probablemente, la mejor canción de la bellísima historia de Vetusta Morla: Copenhague. Y la chica, para qué andar con bobadas, lo rompe.
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