La canción de las 15:12. Hubo un día de este ya añoradísimo verano en el que estuve a punto de ver en directo a los Sexy Zebras. Cogí entradas para uno de esos misteriosos conciertos en los que no sabes a quién vas a ver y erré por tres o cuatro horas de nada. Llamadme prejuicioso, imbécil al fin, pero desconozco el motivo por el que nunca me llamó la atención su música. Poco a poco, entro en sus canciones, más rápido aún desde que conozco su pertinaz militancia en eso tan mágico llamado barrionalismo. Con los Rufus, ya sabéis, ni prejuicios, ni leches; solo disfrute. Unos y otros me dan la energía suficiente para sobrellevar ausencias, más añoradas incluso que el último verano, para que el abismo no se haga insalvable.
Mes: PMñ2023 f16162023-09-28T14:16:16+01:00pmjueves
Pablo Leira
La canción de las 18:13. A mi edad, provecta por decir poco, sigo disfrutando cual cerdo en charca cuando descubro músicos extraordinarios cerca de mí. Hoy, la sorpresa me la ha dado el jovencísimo Pablo Leira, gallego él, empeñado en demostrarme que en la tierra prometida también se hace sensacional música americana. Escuchadlo. Nunca me lo agradeceréis lo suficiente.
Quincalla
La canción de las 15:22. Últimamente, no participo del regocijo general que provocan determinadas manifestaciones, ni las artísticas ni, mucho menos, las otras. Así soy de rarito. En cambio, siempre me gustó ese cine quinqui que tantas alabanzas e interés despierta actualmente. Su explosión me pilló en la edad idónea para ver, a volumen bajito y en devoción constante, las pelis del irrepetible Eloy de la Iglesia, entre otros muchos clásicos del genero. El adjetivo quinqui es propio de aquellos que comerciaban con la quincalla; baratijas de metal, para entendernos. Un grupo llamado Quincalla solo podía proceder de Vallecas, mi segundo barrio madrileño favorito, y únicamente se podía mover por las imbatibles lindes del funky rock más catedralicio.
Laura Lebone
La canción de las 14:10. Cuando nadie te pide justificación, es mucho más fácil encontrar excusas. El trabajo me llevó, de nuevo, al Sur, y me impidió, en cierta manera, compartir música. De regreso al hogar, desempolvo las novedades más escondidas y no tengo duda alguna en elegir la mejor canción posible para volver. Mis cada vez más admirados Detergente Líquido cuentan en sus filas con la asturiana residente en Sevilla, Laura Arias, que hace maravillosas segundas voces y toca los teclados en uno de los mejores directos pop que se pueden ver en la actualidad. Era cuestión de tiempo que, visto el talento, se lanzara a la piscina. Lo ha hecho con cinco canciones más que notables. La que más me gusta da título a sí misma y al resto. Y suena a gloria bendita. Por cierto, Laura también está hasta el coño. Y son muchas ya.
Juan Belda y Chica Sobresalto
La canción de las 15:48. Tras días de música alterada; buenísima, pero alterada, un rato de tranquilidad para escuchar lo nuevo en solitario del valenciano Juan Belda, antes con Ciudad Jara, y de esa navarra de voz esplendente llamada Maialen Gurbindo, todo un sobresalto de mujer.
Luz Futuro
La canción de las 15:02. Sin memoria nos quedamos en casi nada. Una moto, esa en la que yo me muevo por el incontrolable desastre que han vuelto a ser las mañanas madrileñas por ejemplo; una moto, digo, sin retrovisores es imposible de conducir. Miramos para atrás los que lo vivimos, pero también quienes no existían en aquel momento. El talentoso canario Daniel Benavides, Luz Futuro en los carteles, hace música del siglo pasado en este y eso siempre estuvo bien. Además, controla.
Naitinain
La canción de las 15:45. Ellos son cinco; nosotros, seis. Ellos nacieron en el 99; en ese año nosotros ya nos escapábamos a la zona vella de Santiago siempre que podíamos. Ellos, Álvaro, Unai, Pedro, Óscar y Carlos, montaron un grupo de nombre brillante e hicieron buenas canciones. Nosotros, no.
Mario Cyrus
La canción de las 18:24. Hay que tener talento para cantar bajo el nombre de Mario Cyrus. Hay que ser moderno, como el menda, para compartir poco más de dos minutos de ritmazo considerable. Descubro este Mario Balboa, lo nuevo de un murciano (otro) afincado en Madrid, se me van los pies y la cabeza y no quiero ni saber dónde van a parar.
Mustard
La canción de las 15:44. Soy yo, o cada vez se toma menos mostaza. Soy yo, o en este temazo de los redivivos Mustard creo reconocer algunas de las melodías y las voces de ese grupazo llamado Club del Río y de algún otro como los preciosistas Time for T o Aaron Rux. Soy yo, o la semana pasada pasé por encima del Tajo y del Duero, Tejo y Douro lo llaman nuestros hermanos, y ayer mismo, hice lo mismo sobre el Ebro. Debo de ser yo.
FERNANDOCOSTA
La canción de las 17:59. Desde que somos modernos, no hay dios que nos tosa. Cada vez más encantado de conocer lo estupendísimamente bien que suena el rap en castellano, ya puedo, incluso, destacar a mis favoritos. Por supuesto, AYAX Y PROK, los gemelos más duros, Esay-S, y hasta El Jincho, pese a sus últimos devaneos reaccionarios. Pero, por encima de todos, mi preferido es FERNANDOCOSTA, y no solo por mi condición de tocayo. Aquí, con otro que tal canta, Dollar Selmouni, dictando doctrina en el barrio. Esto es, haciendo lo que hay que hacer en el lugar donde hay que hacerlo.