La canción de las 15:31. Desatendí mis obligaciones musicales porque mi profesión de estos últimos días ha sido devorador de kilómetros. Entre un ciento de ellos y el siguiente, es verdad que he preguntado cosas a gente acompañado de realizador, el mejor, por cierto, cámara y focos, pero básicamente el asunto ha estado en carretera tras ciudad, ciudad tras carretera. De vuelta, regreso a mis orígenes. Mucho antes de que para el genial Jero Romero se convirtieran en indispensables, ya lo eran bastante para mí los componentes de Cómo vivir en el campo. Su Amor y pedagogía me encantó y su particularísima versión del mítico Ritmo de la noche se encargó de confirmar mis mejores presagios. Regresan con este arrebatador El mundo no me debe nada, donde la exquisita voz de Pedro Arranz vuelve a imperar. Y que así siga.
Mes: PMñ2023 f32052023-02-28T15:32:05+01:00pmmartes
Bons nois
La canción de las 14:20. Ceno tarde en la ciudad que siempre cena. Dos amigos, conmigo tres. Lugar de postín. Me invitan. Regalo canciones en un pincho, no de tortilla precisamente. “Solo música en castellano“, me pide el más alto, sabedor de mi radical independentismo musical. Cumplo, plenamente consciente de lo que se pierde. Es, pese a ello, muy buen chaval. Como estos chicos catalanes, Bons nois se llaman, que me seducen con este tan sencillo como brillante Jocs florals. Dicen hacer pop a la brasa. Seguimos comiendo.
Dorothy Harris
La canción de las 14:25. Haré un día una lista de nombres mentirosos de grupos. La encabezaría, claro, con los geniales Antònia Font, grupo formado por talentosos mallorquines, y seguirían los Manel, que no son uno, sino cuatro tipos, por muy imprescindibles que sean. Hoy descubro, y al momento comparto, la música de Dorothy Harris, grupo oscense sin nadie que así se llame en su formación titular. Alberto, Julia, Lalo, Jorge y Sara hacen pop de manual. Bonito y tal. Y, en los tiempos que corren, eso solo puede ser bueno.
Amigas íntimas
La canción de las 16:38. Además de lo evidente, amigas íntimas es un trío formado por dos chicas, con pasado en poderosos grupos como Tiburona y Texxcoco y un chico, procedente de los magníficos Biznaga. Desconozco si las íntimas son ellas o si el íntimo es él. Sea como fuere, sus canciones de debut tienen la misma potencia que las formaciones de las que proceden. Y eso es siempre bien.
Nina Cobham
La canción de las 17:26. Ataco en la tarde, que comí a toda prisa entre labor y labor. No es mala hora tampoco está en la que el día empieza a irse y la oscuridad comienza a amenazar pese a que aún queda mucho para que deje de ser hoy. Al grano. Nina Cobham, inglesa radicada en Manchester, pasó parte de su infancia en España y de ella no logra olvidarse. Lo hace de muchas maneras, la más original de ellas, combinar inglés y castellano en canciones plenas de sensibilidad.
Guillem Roma y Rita Payés
La canción de las 14:27. Felicito mucho al genial Guillem Roma por unirse al asunto este de la inteligencia artificial que, por lo que se ve, va a acabar con todo. Reconozco que he probado el ya famoso ChatGPT y, amics, sí, sí, conseguí pillarle en renuncio. Si me preguntaran con qué música podría asociar yo la inteligencia artificial jamás se me hubiera ocurrido hacerlo con un bolero. Pero, claro, Guillem se dedica a lo que se dedica y servidor hace lo que hace. Y que se le ocurra compartirlo con la espectacular voz de Rita Payés, ampliamente disfrutada por estos lares, muchísimo mejor.
Yaveremos
La canción de las 14:47. Difícilmente el nombre de un grupo y de una canción pueden decir tanto de mí. Ellas y ellos, insultantemente jóvenes, se hacen llamar yaveremos, así con la desidia incluida de lo junto y la minúscula. Su estreno, guitarreo molón, Me da igual. Pues eso.
Pena máxima
La canción de las 15:16. Tengo una lista de grupos con nombres que hacen referencia al mundo del deporte. Algunos más conocidos que otros, brillantes todos. Añado uno más. Los hermanos Palomo Campesino conforman Pena máxima, el eufemismo que utilizamos los periodistas cuando en el titular hemos puesto penalti y en el subtítulo, románticos que somos, no queremos repetir. Suena a casi todo lo bueno este Al final llorarás.
Pol Wagner
La canción de las 16:02. Creo en la suerte. No sé si hay buscarla, pero yo, generalmente, me encuentro con ella. Hubo veces, dolorosas a más no poder, que no, claro, pero en general, y como en algo hay que creer, me gusta pensar en ella. Al gerundense Pol Wagner le pasa algo similar. Lo que pasa es que él lo canta y yo no tengo esa suerte.
Adriano Galante
La canción de las 15:31. De pequeño, nunca supe qué querría ser de mayor. Lo sé ahora, cuando ya se ha hecho un poco tarde. Querría haber sido escritor y músico, incluso quizá por ese mismo orden. A tiempo estoy, claro, pero también existe el snooker (esnórquel lo llaman mis pizpiretas compañeras). Desconozco si Adriano Galante es consciente de las maravillas del monumental billar inglés, pero conozco bien que él es, al menos, escritor y músico. Líder de los inclasificables Seward, Galante se ha lanzado ahora al solitario arte de cantar. Con esa voz tan fabulosa y ese talento casi ilimitado, yo también lo haría. Desde bien pequeñito, además.