Margarita Quebrada

La canción de las 14:48. Además de sin sentido, regresar al pasado no parece muy sano. Mi memoria va por libre y lo hace constantemente. De la cruenta pelea, rara vez salgo victorioso. El caso es que ahora entiendo mucho más la música que se hacía en los ochenta que cuando yo, infante entonces, la vivía. En aquella década de sintetizadores desbocados y gente vestida de negro se inspiran los valencianos Nacho LópezMikel Cabanes y Guillermo Juan Montesinos “Vesse”. Los tres conforman Margarita Quebrada y sus nuevas cosas, especialmente este Azul, suena a tecno ochentero y a gloria bendita, y no en este orden precisamente.

Xatiro

La canción de las 14:26. Encuentro, por casualidad, al bilbaíno Unai Unda. No lo buscaba. Me topo con él rapeando en castellano y leo que también lo hace en euskera. Todo bajo el enigmático nombre de Xatiro. Dice que está agobiadísimo. Ya tengo algo en común con él.

Luis Fercán y Club del Río

La canción de las 15:55. A este paso tendré que hacer una sección propia con los amigos de mis amigos. Los chicos de Club del Río, de largo, el mejor grupo vocal del país, son tan y tan generosos, que nada les cuesta compartir su talento en beneficio propio y, sobre todo, ajeno. Los buenos artistas, Ede, Ombligo, TéCanela, entre otros, lo saben y les piden que colaboren con ellos para llevar sus ya magníficas canciones a cotas imposibles de superar. Algo así sucede con este ya de por sí bellísimo El Palmar, del compostelano Luis Eduardo Fernández Cano, Luis Fercán en los carteles, que, pasado por el tamiz de los gloriosos timbres de Esteban de Bergia, Álvaro Ayuso y Juan Serra, se convierte en sideral.

Patricio y Depedro

La canción de las 15:13. Hace solo un par de semanas me reencontré con Jairo Zavala en la cada vez más entrañable Palencia. Allí confirmé, pese a la osada duda, que Depedro está en pleno estado de forma. Más como él, por favor. Siguiéndole, llego a Patricio, cantante bilbaíno de meritísima carrera casi truncada por un Parkinson tan traicionero como tempranero que, afortunadamente, parece más que calmado actualmente. Tanto como para dejarle hacer un disco notable con el que hoy viajo hasta Hollywood, aunque solo sea una palabra. Así, sin moverme de la silla.

Depresión sonora y Rojuu

La canción de las 15:28. Aprovecho la bendita unión de Marcos y Roc, insultantemente jóvenes ambos; uno de Vallecas, el otro de Barcelona, para contestar a la incómoda pregunta esa que me hacen de vez en cuando de pero dime algo que escuchen ahora los chavales, que les represente y que a ti te guste. Como buen adelantado que soy, ya hablé por aquí en su día tanto de Depresión sonora como de Rojuu, pero ahora que ambos se han juntado en este disruptivo Ya no te veré, aprovecho para contestar con una canción; de largo, la mejor forma de hacerlo.

Egon Calle

La canción de las 14:19. ¿Por qué nadie me había dicho a mí que hay un tipo que canta tan bien? ¿Por qué tengo que ser el penúltimo en enterarme? ¿Por qué me contáis tantas chorradas y no me decís lo verdaderamente importante? Egon Calle. Lo repito una vez más: Egon Calle. Talento puro.

Castro

La canción de las 14:29. El bajonazo de las temperaturas no es suficiente para recuperar el ánimo y el aplatanamiento general. Que sea lunes tampoco ayuda demasiado. El facilísimo consuelo de los perdedores electorales, menos todavía. Y, sin embargo, por extraño que parezca, hay alguien que está disfrutando de su mejor momento. Ofrezcámosle altavoz. Más aún si se llama Diego Castro y fuera el líder de los añorados Disco Las Palmeras. De su debut en solitario ya disfruté como marrano en charca hace un par de años y de lo último, llevo haciéndolo ya un par de horas. He llegado a la conclusión de que me gusta todo lo que suene a Castro y de que, bien pensado, yo tampoco estoy tan mal.

Pablo Fugitivo

La canción de las 15:44. Hace menos de un par de meses me topé con un cántabro interesantísimo llamado Pablo Solo que hacía música excelente. Puede ser que con llamarse Pablo ya tengas talento para hacer canciones, también puede ser que no. El caso es que el malagueño Pablo Gómez Arjona, AKA Pablo Fugitivo, al que, igual que en el caso del otro, mucha más gente debería conocer a estas alturas de la película, solo hace que confirmar esa regla que me acabo de inventar: si te llamas Pablo, compones, tocas y cantas de manera brillante. Después de disfrutar con uno y con otro, a ver quién es el listo que me lo rebate.

Kreddo

La canción de las 19:05. Hasta a vivir en el infierno se acostumbra uno. Aunque sea sin parar de maldecir. Allí, en el fondo del averno, debe de reinar el caos porque con este calor nada puede ser ordenado. Al caos le han dedicado un buen trallazo de ritmo tres productores, Daniel, Esperanza y Pablo que, llegados de Granada, Murcia y La Palma, se han juntado en Madrid bajo el caótico nombre de Kreddo. Ojito con ellos.