La canción de las 19:18. Con semejante panorama que nos rodea y con la moto llenita de mierda, necesitaba a estas horas del infernal atardecer una canción que dijera que todo está guay. Así, literalmente. Y viene la gallega Elba Souto Pampín y me lo canta. ¿Qué más puedo pedir?
La canción de las 15:04. Desconozco si Jorge Amat sabe quién es Juan Luis Guerra, o si cuando escucha 4.40 no pierde demasiado tiempo pensando si se le ha hecho tarde o no. Sí que sé que el chaval es de Barcelona, que acaba de cumplir 19 años y que hace música llamándose Amato. Y que a mí, en día de lluvia pertinaz y viento incesante, me ha recordado al gigante dominicano. Y eso es siempre bien.
La canción de las 13:47. Entre los mandamientos nunca escritos de este modesto blog de música e ilusiones está el de compartir casi todo lo nuevo que sale del talento creativo del madrileño Carlos Bonito. Su apelativo artístico, Choley, es ya tradición por aquí y yo que me alegro. Hoy mismo nos ha regalado este Inmortal, con esa guitarra juguetona de siempre, pero más luminosamente acompañada en esta ocasión. Vamos, que todo muy bien.
La canción de las 15:17. Escuché los primeros versos de Piscina Olímpica hace años. Javi, guitarra en mano, se lanzaba a compartir los compases originales y aquella ya empezaba a sonar bien. Era, seguro, de noche y, o habíamos bebido o nos preparábamos para hacerlo escuchando, siempre, la mejor de las músicas posibles. Aquello sucedía en un entrañable bar, ¡cafetería! escucho que me gritan, de mi Salamanca natal llamada Toro 70. Buena gente aquella, con el gran Cobi al frente. Con una pandemia de por medio y con la brillante producción del insigne Manuel Colmenero, aquella piscina ha tomado vuelo. Y, desde aquí abajo, mola.
La canción de las 14:20. Rezo porque quien esté detrás de este magnífico Antónimo se llame Antonio. No he podido confirmar este dato, aunque también es verdad que no empleé demasiado tiempo en ello. Preferí hacerlo en disfrutar de este estupendoGitanillo las 3000, en el que participa de manera destacadísima la francesa-sevillana Ana Boheme. El antónimo flamenco lo deberían llamar.
La canción de las 15:57. Con cierta sensación de ir a la contra, comparto hoy música hecha por un hombre. Escojo sin orden ni concierto y hoy los tiros han ido por ChivoChivato, el seudónimo elegido por Pepo López, habitual de alguno de los mejores músicos del país, para hacer canciones. Mañana, pasado o al otro, elegiré música hecha por mujeres, como hice la semana pasada, la otra y la de más allá. La cosa es ser feminista, solo faltaba, todos los días. Las mujeres a las que yo más quiero y admiro es lo que quieren. Porque sin ellas, literalmente, no somos. Yo les hago caso.
La canción de las 15:35. Llevo años buscando y encontrando buena, y nueva, música española de esa que, injustamente, duerme el sueño de los más justos. Y nunca, hasta ahora, había encontrado una frase que me reflejara tanto como lo hace esta con la que Barry B, originario de la sonorámica Aranda, comienza: No suelo hablar de esto / pero he vuelto a recurrir a los kit kat. Dice tanto de mí que estoy por utilizarlo en mi biografía de Twitter.
La canción de las 14:26. De pequeño comía chicharrón. Lo recuerdo ahora y, solo de pensarlo, no me extrañaría que lo hubieran retirado de las carnicerías por prescripción facultativa. Seguro que lo hacían en macrogranjas de esas que ni existían. Si sobreviví a aquel cerdo prensado, lo haré a todo, me debí de decir algún día. Y aquí estoy. Esperé al sábado para compartir lo novísimo de Chicharrón. No sé por qué lo hice, pero funcionó. Hoy, con medio sol, suena muchísimo mejor. Alberto M. Vecino lidera, desde Carballo, una banda que, en gallego, ha recetado un disco en homenaje a su madre, recientemente fallecida. Y le ha salido estupendo.
La canción de las 15:23. Debes ser muy bueno cuando te conviertes en referencia de alguien; alguien, añado, con dos dedos de frente, que seguro que el odioso Putin es espejo, por mucho que disimulen, para miopes, estrábicos, barbudos vigoréxicos, tuertos y ciegos. Empiezo a escuchar este Parques y se me aparecen los magníficos Cala Vento. Sigo y van desapareciendo, aunque otras agradables influencias asoman. Carlos Martínez-Bernal, Eduardo Nogués, Mikele Morra y Álvaro Martínez son de Valencia y para llamarse escogieron la segunda parte contratante del apellido compuesto del primero. Suenan bien.
La canción de las 18:28. Fue sentir, de nuevo, el calorcito y tropezarme con una nueva belleza de Teo Planell. Lo descubrí el pasado agosto con aquel maravilloso April, que pasó directo a mi corazón y a las mejores canciones de mi año. Ahora el tipo, también actor y director de cine, regresa con la misma sensibilidad y ese indisimulado talento para hacer modernísima música de ayer. Todo sobra menos tú, canta. Y será verdad.