La canción de las 15:32. Es lo que tiene la obligación mal entendida, que, cuando la comprendes, la vas dejando. Llevo días sin compartir buena música nueva hecha por aquí cerca. No porque no la haya, sino porque se me va pasando. Si fuera como el respirar o el ver snooker, no sería tan condescendiente. Trataré, en todo caso, de restablecer la marcha. Hoy, en pleno luércoles, me atrevo con Violeta, un trío formado por Paula, Gaby y Cristina que, ojo, reconocen estar sobreviviendo a los 2000 con los métodos de 1800. Les preguntaré cómo lo hacen. Mientras, las escucharé cantar una canción pueril tranquila. Que no es poco.
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