29 de abril. El Pardo

La canción de las 15:40. No es la primera vez y estoy deseando que no sea la última. Me pasé de catastrofista y no fue para tanto. O casi. Volví a perder, como hago en todas las elecciones desde que tengo uso de voto, pero acabé la noche con sonrisa desnatada tirando a sonrisa entera. Y pensé, claro, en música. No es la primera, tampoco para esto, en que un grupo llamado El Pardo, ahora ya tristemente desaparecido, me salva a la hora de buscar canciones con referencias políticas. Raúl Querido, su líder, tiene bastante de genio. Lo demostró en su imperdible Un yerno ideal, dedicada a quien todos sabemos. En aquel mismo disco de hace un par de años, me topo ahora con una canción llamada Pdrsnchz, igualmente evidente e imprescindible. Querido también se pasó por aquí con su nuevo proyecto, Caliente Caliente. Un superviviente de la genialidad, vamos. Como Pedro.

26 de abril. Carolina Durante

La canción de las 14:11. Pues, por extraño que parezca, hasta hoy los Carolina Durante no habían sacado ningún disco al mercado. Cientos de grupos conozco que con cuatro o cinco largos editados no han hecho un pelotazo como el ya imprescindible Cayetano. Escucho “El Año”, otro sopapo punk de dos minutos y medio, y me reafirmo en lo escrito después de saltar con ellos en el último Ebrovisión: Diego canta en mayúsculas. Allí, en la añorada Miranda, el entrañable Martín Barreiro, el mejor de los hombres del tiempo en TVE, salió al escenario a cantar con la chavalada. La respuesta del grupo no tiene desperdicio: “Lo dicen en los telediarios / lo dice Martín Barreiro / se viene la hostia del año / como no nos estemos quietos”. Al revés, justo, de lo que pasará el domingo por la noche.

25 de abril. Penélope

La canción de las 15:16. Hace justo una semana celebré la santidad del día yendo al cine. Vi la última película de Almodóvar, Dolor y Gloria, y cumplió todas mis expectativas, que eran muchas. Había oído al maestro Carlos Boyero decir que no le había disgustado del todo y eso, ya solo eso, me llevó a la sala. En la peli, Penélope Cruz lo borda. Nombre y apellido son también el título de la primera canción conocida de un trío catalán llamado Penélope, que hacen música urbana desde una casa de Barcelona. Y no suena nada mal.

24 de abril. Vancouvers

La canción de las 15:21. Será que la lluvia me mantiene rockero. Será que me encantan las historias, bonitas o feas, historias que contar, al cabo y al fin. La que hoy comparto es muy chula. Hace más de veinte años, cuatro tipos llenaban los garitos de Malasaña al ritmo del mejor rock, por más que en aquellos tiempos lo llamaran de maneras más modernas. De oídas, sólo conozco a Juan Santaner por su mantenida relación con el mundo de algunas de las músicas que se pasan por aquí. A los otros tres, Ángel Cubero, Marta Romero y Kiki Tornado, no tengo el gusto. Tras décadas de silencio regresan. Ellos siguen siendo Vancouvers y suenan así de bien.

23 de abril. The Kleejoss Band

La canción de las 15:41. Es fiesta allí, pero yo estoy aquí. Ya lo explicaba Coco en Barrio Sésamo. Aquí-allí. Arriba-abajo. Y me quedó claro. En mi tierra nos acordamos hoy de los comuneros y tampoco se trabaja, que yo sepa, ni en Cáceres, ni en Cataluña ni en Aragón. Allí recuerdan a San Jorge. Y habrá algún día que se acuerden de The Kleejoss Band, grupazo maño que sólo sabe hacer una cosa: rock del bueno. Su último y recientísimo disco lleva la producción de Hendrik Röver, líder de Los Deltonos y el mejor guitarrista de blues y rock del país. Garantía absoluta.

22 de abril. Terbutalina

La canción de las 15:17. No me fui y, sin embargo, regreso. Pasé los días de santo asueto como quien ve llover y, de tanto que tenía, no encontré tiempo para compartir música. Al no tenerlo ya, vuelvo a los andadas. La terbutalina es un fármaco del grupo de los, literal, agonistas, recomendado para aliviar el asma o la bronquitis. No tenían otro nombre estos chicos gallegos para su grupo de música. En todo caso, alguien que nace en la ría de Muros y de Noia puede hacer lo que le venga en gana. Con evidentes influencias de los mejores Ronaldos y toneladas de mala baba, regreso con este “Marisco barato“, porque haberlo, haylo. Al mar gallego, esto es, al puñetero paraíso, habrá que volver pronto.

17 de abril. Paul Fuster

La canción de las 18:16. Paul nació en Minnesota y, como tal, tiene pinta de yanqui. Conocí, de oídas por supuesto, mucho antes a su padre que a él. Paul es hijo del célebre cardiólogo catalán Valentín Fuster, uno de esos tipos indispensables que alargan la vida de las personas. Paul vive desde hace años en Cardona, un pequeño pueblo barcelonés del que procedía su madre. Canta tanto en catalán como en inglés. En ambos idiomas, muy bien. Hoy lo comparto en versión sajona, como el genitivo; mañana, Dios, o su padre, proveerá.

16 de abril. Rafael Berrio

La canción de las 19:31. Regreso a la música de Rafael Berrio, artista inclasificable, siempre que inclasificable signifique maravilloso. Descubrí tarde a este brillante donostiarra, del que me encantó aquel “Mis ayeres muertos“. Ahora que acaba de sacar un nuevo disco, corro a escoger lo que más me gusta de él. Y son muchas canciones bellamente imperfectas, pero considerando que en esta se me aparece hasta Van Morrison, no tengo demasiadas dudas. Ah, se me olvidaba: la casi perfecta voz femenina que le acompaña es la de Virginia Pina.

15 de abril. Paracusia

La canción de las 14:12. Acudo al diccionario de la RAE como el que va a una farmacia de guardia y, de mi frustrada visita, regreso como el que busca una iglesia abierta de madrugada. Siempre pensé que serían necesarios templos de guardia. Nadie me hizo caso nunca. A lo que voy. La palabra paracusia no es contemplada por los académicos de la Lengua, pero los otros, los de Internet, me aclaran que se trata de una patología auditiva. En realidad, en este caso me interesa la acepción musical. Tres chicas y dos chicos hacen música envolvente desde Madrid. Y yo, a falta de iglesia de guardia, me dejo envolver.