5 de febrero. Agost

La canción de las 14:10. Me pregunta mi compañero de enfrente cómo se escriben los nombres de los meses. Vivan las minúsculas, le respondería, pero opto por bajar el nivel de petulancia y le digo lo mismo pero sin alharacas. Intuyo a los componentes del trío barcelonés Agost algo interesados por el asunto de los meses. En el bello catalán agost significa, lógicamente, agosto, y ellos mismos se presentan como un grupo nacido en septiembre. Cuestiones temporales aparte, hoy comparto este MRMB, que suena muy bien lo escuches cuando lo escuches.

4 de febrero. Sumergible

La canción de las 15:36. Inhalo y me sumerjo en las profundidades. Allí, como bien sabéis, se oye casi todo. Sin embargo, en el fondo, si afinas el oído, solo música. Ojo con este bombazo de unos tipos tinerfeños de La Laguna. Dudo mucho que lo hayáis escuchado antes, también que lo olvidéis rápidamente después de hacerlo por primera vez. Aviso.

3 de febrero. El Hijo Ingobernable

La canción de las 19:07. Sorprendo, a media tarde dominical, aún con la congoja por la descomunal exhibición de Rosalía en los Goya, última prueba evidente de que talento más márketing nada tiene que ver con millones sin duende. Me ayuda a salir del dulce sobrecogimiento la búsqueda permanente de nueva música que me diga cosas. Y en estas estaba cuando tropecé con Víctor G. Lapido, apellido de estirpe cuya sola pronunciación ya evoca buenísima música granadina. Miles de grupos aparte, su proyecto en solitario se llama El Hijo Ingobernable y es un rato brillante. Al menos, así lo recuerdo yo.

2 de febrero. Adriana Proenza

La canción de las 14:08. Hace día de mantita y voz femenina. Encuentro una zamorana, la manta digo, y otra, la voz, fantástica y desconocida para mí, que cumplirá la misión como el más preparado de los sicarios. Adriana debió nacer ya en este siglo porque leo que aún anda por los 18. Es asturiana, vive en Madrid y canta claro y rotundo mientras trastea con las últimas novedades de la electrónica china. Así, a mí, como si caen chuzos de punta.

1 de febrero. Yana Zafiro

La canción de las 13:07. Comienzo el mes entrecortado con un canto, no a Galicia, hey, sino a la artesanía más moderna. Ahora la gente hace canciones en su casa, con un ordenador a lo sumo, o un teclado del antiguo Bazar Canarias como mínimo común múltiplo. Pero claro, yo, por ejemplo, que tengo ambas cosas en mi hogar, ni me planteo utilizarlas para hacer canciones. Se llama talento lo que a mí me falta. Yana Zafiro es una jovencísima ucraniana residente en Murcia que hace canciones pegadizas; que así ha dicho parece sencillo, pero es justamente todo lo contrario.