La canción de las 14:35. Pese a criarme en un primero, me gustan más las alturas que las bajuras, salvo cuando estas últimas tienen que ver con la pesca y con las sábanas. Ahora vivo en un cuarto, cerca del ático. Allí, arriba del todo, vive esta joven zaragozana que atiende al cinematográfico nombre de Anna in the Attic. Canta como esas yanquis, british o australianas que tanto me gustan. Pero está más cerca.