La canción de las 18:45. He sopesado seriamente la posibilidad de no hacer pública la canción de hoy. La vergüenza, propia en este caso, me invade por completo. El hombre que olvida su historia está condenado a repetirla. Confieso: Jovencillo con picores como era, forré mis carpetas con su cuerpazo serrano. Este vídeo en concreto, rayose de tantas visiones como sufrió. Ni soy ni fui perfecto. Juraré no haber elegido esta canción nunca. ¿O sí?