La canción de las 18:55. Cayeron ayer unos cuantos rayos. Desde mi privilegiada atalaya los divisé con gusto. Estoy a resguardo y eso cuenta. Hace algún que otro mes descubrí la oscura propuesta de Ágata, Carmen, Tábata y María, pero decidí que hasta no viera un buen rayo no compartiría esta más que curiosa Ciudad. Ayer pasó y aquí están.