La canción de las 14:15. Festejemos. Lo que sea, pero festejemos. Elijo hoy, primer día del mes de las flores, una obra maestra. Compré este disco hace más de veinte años en una tienda que ya no existe, ahora es una inmobiliaria, en un material reservado ahora para los más puristas, el vinilo, y con una moneda que incluso ya se empieza a borrar de nuestra memoria. The Notting Hillbillies facturaron un solo disco, pero qué disco. Mi canción preferida, por supuesto, siempre fue ésta. Si yo supiera dónde está mi casa, también me apetecería volver a ella algún día. Aunque solo fuera para escuchar el inmortal sonido de la guitarra que Knofpler nos regala a partir del minuto 2:54. ¿Os apetece volver conmigo?