4 de enero. Skyedance

La canción de las 12:17. En mi particular altar pagano, un lugar supremo lo ocupa la música que salió de la privilegiada cabeza y del violín brutal de Alasdair Fraser, probablemente el tipo que más me ha hecho emocionar encima de un escenario, y mira que los ha habido. El mejor violinista de la historia montó en los noventa un supergrupo pleno de talento al que dio en llamar Skyedance. Con mi mente puesta en mis recuerdos de la mágica isla escocesa de Skye, escucho este “Bannockburn” y, de nuevo, como siempre, sueño.

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