La canción de las 13:49. Si Eric Clapton es Dios, que no hay la más mínima duda de que lo es, algo tuvo que ver en ello ese genio llamado JJ Cale, que murió ayer mismo. Autor de, entre otras inmortales joyas, la grandísima Cocaine y esta enorme After Midnight, su reunión en el escenario con el propio Clapton es algo así como un retrato de la Santísima Trinidad con el Espíritu Santo por ahí revoloteando en forma de relajado boogie.
Descanse en paz también él.