La canción de las 13.31. Cualquier cosa no es mala ni buena per se, que dicen los grandilocuentes comentadores de la realidad, la triste futbolística incluida. Tienen estos chavales gallegos, primos míos por tanto, de la inmortal Compostela, compatriotas adoptivos por consiguiente, eso que llaman frescura. Me tropiezo con este “Déjame pensar” y, como buen hombre que soy, busco tropezarme de nuevo.