La canción de las 12:54. En lo que me pongo a tono con su segundo disco, vuelvo a escuchar las canciones de ese otro que tanto gustó a mis amigos japoneses. No son tontos los nipones, ni mucho menos. Los componentes de Polock son de Valencia, aunque bien pudieran haber nacido en Illinois, Nottingham o la mismísima Estocolmo. Con este buenrollero “Fireworks” rompieron una pana parecida a la de mi americana preferida, y única. Vivan los éxitos inesperados. Huelo que estoy cerca de uno.