La canción de las 12:48. Ninguna reticencia tenía yo a incorporarles a este blog de música e ilusiones. Simplemente, esperaba la ocasión idónea. Y hoy la he encontrado. Les pegan estos fantásticos nubes y claros de la prórroga del verano. Entre su amplísima discografía, elijo. Y me confirman el acierto amigos del alma, hagiógrafos lesbianos, utilizando el adjetivo sublime para calificar mi elección. No es poca cosa. Ellos, tampoco.