La canción de las 12:59. Al despertar, ya noté que alguien me llamaba por el lado de la tranquilidad. Hoy al menos, no quería guitarras ni ruidos de batería. Solo piano y voz. Me puse a buscar y, de repente, apareció Fredi Leis. Y escuchándole me quedé. Y ahí sigo. A gusto. Seguro que hemos tomado más de un ribeiro en el mismo bar de Santiago. Apuesto a que, como yo, sabe que el O’46 es el otro lugar sagrado de aquella ciudad santa. Días grandes he vivido allí. Él, también.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=aM_CdkZC9Mw&w=560&h=315]