La canción de las 12:57. Una semana antes de la cita, decido empezar a hacerme un poco italiano. Les odio desde que tengo sentido del odio, pero me he hecho mayor. Pasta aparte, ningún motivo mejor para comenzar el acercamiento que la música. Busco y al momento encuentro a Ex-Otago. Y ellos me estaban esperando. Lo sé por varios motivos: primero porque su primer nombre, Otago, hace referencia a un equipo de rugby neozelandés, el mejor deporte que nunca ha existido, que ganó cuando nadie lo esperaba. Cinco minutos después de decidir su nombre, solo cinco, pensaron que ya no les gustaba tanto y por eso son Ex-Otago. Segundo, porque uno de sus discos se llama Marassi, como el mítico estadio de fútbol, el mejor deporte que nunca existió, de su Génova natal. Penúltimo porque trabajan con una productora que se llama Garrincha dischi, como el genio brasileño al que solo le faltó jugar en el Atleti para aumentar su leyenda. Por último, porque me gustan.