La canción de las 20:46. Decirle a la gente lo que no tiene que hacer implica, directamente, que lo haga. Unos, por convencimiento. Otros, por inmenso hastío de ser tratados como vulgar rebaño de seres inconscientes. Si alguien habría de conocer perfectamente el significado de la palabra democracia, ese tendría que ser un griego. Solo conozco a un tipo de persona al que no le guste dejar en manos de su pueblo el futuro de su gobierno. Acudo de nuevo al maestro Ramón Trecet, aquel que cambió mi percepción musical justo en el preciso momento en el que había que hacerlo, para recordar a esta griega majestuosa. Tengo este disco de Alkistis Protosalti en mi estantería. Soy raro.