La canción de las 22:03. Ninguna hora mejor que la nocturna, ésta, para escuchar la gaita de un maestro. El día que yo me compré un disco de Xose Manuel Budiño creo que hasta teníamos Gobierno. Fue hace un par de décadas. Disfruté muchísimo con su música. Hace muchos años de aquella. Nunca es tarde. Siempre es todavía.