La canción de las 10:06. De tanto andar por el filo del precipicio, ya me acostumbré a hacerlo. Allí acampé y allí vivo, ora asustado por las criaturas con las que me encuentro a cada paso, ora orgulloso de residir en primera línea de abismo. Tanteo, pruebo, sopeso y cuando encuentro, inhalo profundamente y sonrío al finalizar mis exhalaciones completas. Hoy, de los mejores días aquí en el abismo, hallé de nuevo la belleza real pese a lo escondida que estaba. Regalo a Marta Tchai, de aquí cerca, de Badajoz, bailarina, actriz, estupenda compositora y grandiosa cantante. Si aún os extraña mi alegría, escuchadla. Si después de hacerlo queréis hacerme una visitilla al filo del precipicio, os guardo un sitio. No os faltará de casi nada, especialmente música gloriosa.