La canción de las 11:08. Como una auténtica lombriz. Así me siento al compartir el regalazo de esta mañana exiliada de otoño. ¿Quién haya escuchado antes de ahora mismo el sugerente nombre de Devendra Banhart que levante la mano? No veo, no veo… Pocas manos arriba, ¿verdad? Ninguna ¿quizá? Yo formaba parte también de esa legión de pequeños ignorantes hasta hace un ratín. Ahora ya estoy convertido a la religión de este tipo nacido en Houston, de madre venezolana, y nombre inspirado en los dioses hindúes. Después de descubrir este “Baby” me autoproclamo desde este mismo instante profeta de la nueva fe. No hay maquinita para coger turno, aclaro, pero ya veo cola, aviso.