La canción de las 10:59. Desperté, id a saber por qué, recordando mi gloriosa semana irlandesa de hace años y mi cabeza acudió rauda y veloz en busca de música para regalar. Tendría quintales y toneladas métricas de melodías para hacerlo, pero caprichoso que soy, preferí viajar a uno de mis destinos deseados, Nueva Zelanda, al otro lado del mundo. Allí nació este genio llamado David Anthony Clark, que reflejó como pocos la emigración verde hacia el nuevo continente americano. Este emocionantísimo “A new and blessed land” nunca podrá salir de mi cabeza. No le dejo.