La canción de las 9:39. Decían de la memoria el talento de los tontos. Talento, al fin y al cabo. Recuerdo todas las capitales del mundo, mas no sé exactamente para qué vale aparte de para exhibiciones ante mis sobrinos. La de Belize, pequeñito país centroamericano junto a México, fue de toda la vida Belmopán. Seguirá siendo, imagino. Musicalmente Belize es una delicia, aunque solo sea por este grupete de Pamplona que hace pequeñas joyas sin desperdicio. Rizando el rizo, para grabar este fantástico “Egos” se fueron a una playa de las Landas francesas. Difícil, casi imposible, pedir más.