La canción de las 18:54. Espero paciente a que vaya atardeciendo porque es con esa luz, solo con esa luz, como mejor se paladean las obras de arte. Y la que sigue es una de las más grandes. Duncan Chisholm es nombre legendario de mi adolescencia inconclusa desde sus tiempos en los míticos Wolfstone. Su disco, “The door of saints”, tiene altar propio en mi estantería preferida, y sin embargo, hoy llega con una preciosidad que tocó en tiempos con los asturianos Tejedor. “Anada pa Gael” es el título de una nana hecha para un crío que nació con ese nombre. Quién fuera Gael.