Por un momento sueño y me pongo en el lugar de Ricardo Vicente. Sueño, aclaro, porque ni idea tengo de encajar acorde tras otro y mucho menos de cantar con cierto decoro. De escribir un poco más, pero no canciones precisamente. Soy, insisto que por un solo mágico instante, Ricardo Vicente. Voy, camisa, pantalón azul, bigote y barba, me subo al escenario, miro al frente y veo a quince personas delante de mí. Un acérrimo seguidor del sentimiento trágico de la vida, hablaría de poco más de diez. El optimista redomado aseguraría que se superaba la veintena. En el medio, donde la virtud, quince. Contados.
Decido salir del cuerpo de Richi llevado por una sensación limítrofe al norte con la frustración más pertinaz, al sur con la brutal desesperación, al oeste con la salvaje incompresión y al este con la puerta del baño. Y desde allí, muy cerca del váter y ya en cuerpo mortal, disfruto con el arrojo, el valor y el inconmesurable talento de este aragonés inventor de canciones y descubridor de las más variadas emociones.
Y es capaz, además de tocar y cantar pequeñas joyas, de reír, de alabar a su escogidísima clientela y de agradecer, de modo sincero, la atención prestada. Anda Richi, profesor de Filosofía en sus ratos libres y hombre del Renacimiento siempre, dando la vuelta a España presentando su libro “¿Qué haces tan lejos de casa”? y su disco de idéntico título. Suenan francamente bien sus nuevas creaciones, con especial mención a “Era tan bello veros caer”, “Langostas en el Nilo” y ese especial homenaje a John Houston con el que cierra el disco. Lamenté profundamente que no hubiera lugar para ese primor llamado “La parte más feliz”, pero todo quedó subsanado al escuchar, agradecido y emocionado, una de las mejores canciones que en los últimos tiempos han sido, “El palacio de los gansos”. “El que esté más triste gana / hay que llegar al final / yo te paso esta pantalla / y te hago una vida más”, oí y fui muchísimo más feliz que antes. Dónde va a parar. Recuperó Ricardo Vicente de aquel fantástico “El problema de los tres cuerpos” un par más de bellísimas canciones y otras no peores del disco que compuso con su inseparable Francisco Nixon.
Y, en esto, acabó Richi. Y los quince sonreímos.
Fecha: Viernes, 21 de marzo de 2014.
Lugar: Sala Plan B, Salamanca.
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