La canción de las 16:55. Inquietud. Esa es la clave. Y duda, también. Ya era inquieto el donostiarra Lucas Malcorra cuando estaba al frente de los interesantísimos Joe La Reina. Ahora, ya en solitario, se recorta el nombre, se inventa un apellido cibernético y se presenta con este yógico o.m que mola. Bastante.